Ley de residuos y suelos contaminados, el impulso que estaba esperando la economía circular

17/01/2022 Noticias

En diciembre de 2021, el Congreso de los Diputados aprobó el Proyecto de Ley de Residuos y Suelos Contaminados. Esta futura ley, que actualmente continúa su trámite en el Senado, está llamada a ser uno de los principales mecanismos para fomentar la economía circular en España. Al fin y al cabo, el impulso a la circularidad de los recursos es una de las principales reformas estructurales del Plan para la Recuperación, Transformación y Resiliencia, tal y como se recoge en el Componente 12, "Política Industrial España 2030".

Pero, ¿qué novedades introduce y qué retos plantea? En el presente artículo desgranamos algunos de sus principales puntos.

Un poco de contexto para entender mejor su relevancia

Antes de meternos en harina, creemos interesante aportar un poco de contexto para comprender mejor por qué esta legislación llega en un momento crítico para nuestra economía.

La pandemia y sus consecuencias han causado importantes heridas en el tejido productivo global. Así las cosas, todos los países se afanan en restablecer las economías nacionales cuanto antes.

El problema es que gran parte de esta recuperación se sustenta sobre el consumo de recursos y componentes limitados en disponibilidad y localización.

Y cuando la actividad empresarial depende de una logística internacional atascada por el elevado nivel de demanda y con el hándicap del virus y sus variantes, no queda otro remedio que volver la vista al pasado, a la recuperación de las cadenas de suministro de unos cientos de kilómetros. A los recursos que, en definitiva, se pueden conseguir a través de la economía circular.

No obstante y aunque la actual coyuntura está acelerando el cambio, la absoluta insostenibilidad de nuestro modelo hubiese propiciado tarde o temprano la necesidad de apostar por la circularidad. La razón es muy sencilla: en un planeta finito como el que habitamos, no hay suficientes recursos para satisfacer las necesidades de la economía de forma indefinida. Extraer, usar y tirar a la basura recursos que en ocasiones están valorados en miles de millones de euros debe pasar a la historia.

Claves para entender la relevancia de la nueva ley de residuos

Como puedes intuir a partir de estas pinceladas, la nueva ley de residuos y suelos contaminados llega en un momento más que oportuno. Y no solo por las oportunidades que dibuja: su aprobación también permitirá incorporar a la legislación nacional dos directivas europeas, la Directiva (UE) 2018/851 y la Directiva (UE) 2019/904, transposición cuya demora motivó un ultimátum por parte de la Comisión Europea.

La nueva legislación tiene como finalidad

  • prevenir y reducir la generación de residuos y los impactos negativos derivados de su generación y gestión, en especial de los plásticos y en sobre ecosistemas sensibles como el medio acuático;
  • minimizar el impacto que ocasiona el uso de los recursos y,
  • mejorar la eficiencia en la utilización de los materiales

para proteger el medioambiente y la salud humana, favoreciendo de igual forma la descarbonización de la economía y la competitividad a través de nuevos modelos empresariales innovadores y sostenibles.

Pero, ¿cómo plantea la norma alcanzar estos fines?

Los plásticos de un solo uso en el punto de mira

Reducir el consumo de los plásticos de usar y tirar es uno de los principales objetivos que se marca el presente proyecto de ley (Art. 55). Así, por ejemplo, se prohibirá la venta de artículos de plástico de un solo uso tales como bastoncillos, platos, cubiertos o vasos. También se requerirán cambios en el diseño que hagan posible que las tapas y tapones permanezcan unidos a los recipientes o botellas.

Las metas de reducción que contempla la ley se concretan en el siguiente calendario.

  • En 2026, se ha de conseguir una reducción del 50 % en peso, con respecto a 2022.
  • En 2030, se ha de conseguir una reducción del 70 % en peso, con respecto a 2022.

La lucha contra los plásticos de un solo uso se completa con la creación de un impuesto sobre los envases de plástico no reutilizables.

Productor, tu responsabilidad no acaba cuando vendes tus productos

Una de las novedades que introduce la nueva ley es la responsabilidad ampliada del productor, que supone la asunción de la responsabilidad financiera u organizativa del residuo cuando el producto llega al final de su vida útil. De este modo, se busca «promover la prevención» y «mejorar la reutilización, el reciclado y la valorización de residuos» (Art. 37).

Un ejemplo práctico de esta responsabilidad ampliada podría ser la noticia de la iniciativa lanzada por la marca Timberland para dar una segunda vida a sus productos que compartimos en nuestro Twitter.

Esta medida, de igual forma, tiene una relación directa con la ampliación del período de garantía aprobado recientemente.

Prevención: el mejor residuo es el que no se genera

Otro de los pilares de la ley de residuos y suelos contaminados es la prevención en la generación de residuos. El crecimiento económico no puede continuar vinculado a la producción de basura. Así, se establecen las siguientes hitos temporales:

  • En 2025, un 13 % respecto a los generados en 2010.
  • En 2030, un 15 % respecto a los generados en 2010

No cabe duda de que la economía circular va a tener un importante rol en la consecución de esta medida. Su fomento figura, de hecho, como la primera medida del Artículo 18, que lista las acciones para alcanzar esta reducción y de entre las cuales destacamos igualmente:

  • Diseñar y fabricar productos que sean más eficientes, eliminando el concepto de obsolescencia prematura y poniendo en valor el denominado “derecho a reparar”.
  • Reducir los residuos en ámbitos como la industria o la construcción y demolición aplicando las mejores técnicas disponibles y buenas prácticas ambientales.
  • Minimizar los residuos alimentarios en todos los eslabones de la cadena.
  • Fomentar la donación de alimentos para consumo humano, de forma análoga a esas iniciativas que han surgido en los últimos años para aprovechar comidas al cierre de los restaurantes a un menor precio.
  • Favorecer la venta a granel y el uso de envases reutilizables.

Recogida de residuos: ni agitados, ni mezclados

La nueva ley contempla directrices en relación con la recogida separada con el objetivo de favorecer el reciclaje, la reutilización y la valorización de los residuos.

De esta forma, a los residuos que ya se recogen de forma separada (papel, vidrio, plástico, etc.) se añaden las siguientes fracciones (Art. 25):

  • biorresiduos de origen doméstico antes del 30 de junio de 2022 para las entidades locales con población superior a 5000 habitantes, y antes del 31 de diciembre de 2023 para el resto
  • residuos textiles antes del 31 de diciembre de 2024
  • aceites de cocina usados antes del 31 de diciembre de 2024
  • residuos domésticos peligrosos antes del 31 de diciembre de 2024
  • residuos voluminosos (residuos de muebles y enseres) antes del 31 de diciembre de 2024

Los residuos recogidos de esta forma «solo podrán destinarse a incineración o depósito en vertedero, si estos últimos destinos ofrecen el mejor resultado medioambiental».

Las aristas de la nueva ley de residuos y suelos contaminados

Aunque en términos generales, la norma aprobada por el Parlamento ha sido acogida con satisfacción, algunos agentes no han dudado en expresar las incertidumbres que les genera.

La Asociación Española de Recuperadores de Economía Social y Solidaria (AERESS), por ejemplo, la calificó como «conformista», en tanto en cuanto no establece objetivos individuales para cada tipo de residuo. Esta asociación también echa en falta medidas tales como una reducción del IVA en artículos que provengan de preparación para la reutilización.

Los municipios, por su parte, de boca de los técnicos municipales de gestión de residuos, manifestaron su pesimismo sobre la posibilidad de alcanzar los objetivos que plantea la ley. Consideran que su cumplimiento solo sería posible destinando más recursos humanos, una mayor inversión y estableciendo una tasa municipal específica.

Conclusión

No cabe duda de que esta ley, allá donde mires, huele a economía circular.

Era una legislación largamente esperada llamada a sentar las bases para impulsar el reciclaje, la reutilización y la valorización de los residuos. Pero no se queda ahí. Siguiendo esa máxima de que el mejor residuo es el que no se produce, también persigue reducir su generación. Asimismo, busca poner coto al consumo insostenible de artículos como los plásticos de un solo uso. E importante, abre la puerta a los sistemas de depósito, devolución y retorno de envases (SDDR) que tan buenos resultados está arrojando en países como Alemania.

Veremos hasta dónde llegan los compromisos de los productores y la sociedad. El planeta nos reclama medidas urgentes en materia de residuos que no podemos dilatar por más tiempo so pena de sucumbir bajo nuestra propia basura.